Tres años y medio
después del lanzamiento de su long seller Dime quien soy, cuyas ventas en todo
el mundo superaron el millón de ejemplares, en septiembre llegó a las librerías la última novela de Julia Navarro: Dispara, yo ya estoy muerto.
"Hay momentos en la vida en los que la única
manera de salvarse uno mismo es muriendo o matando..." así comienza una
novela llena de pequeñas historias que componen una obra que no tiene
desperdicio para aquellos a quienes les apasiona la intriga, las sorpresas y
las emociones a flor de piel. Después de tres años de gestación, la novela ha
tenido una gran acogida por parte de los lectores, imponiéndose en los
escaparates de las librerías del país.
La historia arranca a finales del siglo XIX y
llega hasta el año 1948, un periodo de tiempo en el que no cesan los
acontecimientos y los contratiempos. La trama se centra en la familia Zucker que es
expulsada de Rusia por su condición judía y que se dirige a Tierra Santa, dónde
transcurre parte de la historia. Encontramos personajes complejos e
infinitamente interesantes que viven sumidos en unas circunstancias contra las
que tratan de luchar, en ocasiones sin aparentes victorias contra su propio
destino.
Sin lugar a dudas es
una novela con la que desconectar y sumirse en una historia apasionante, llena
de pequeñas historias personales que llegan al corazón del lector. Una lectura
que te hace viajar y que cuando acabas con ella parece que ha pasado mucho más
tiempo del que en realidad has invertido.
Y para disfrutar aún
más si cabe, la combinación perfecta la encontramos al abrir una botella Basagoiti
Crianza 2007 elaborado con cariño en una pequeña bodega navarra del grupo
Parxet.
Un vino delicado, suave en su recorrido, a la vez que fresco. Además, los toques
avainillados, tostados y de especias cedidos por la barrica son matizados por
la importante carga frutal y las notas lácteas. En definitiva, un caldo
perfecto para acompañar la lectura y dejarse llevar por la imaginación y el confort del momento….
